Bebemos poca agua y mucho de lo que no lo es

June 25, 2020
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Para tener un estilo de vida saludable, unos buenos hábitos alimentarios son imprescindibles. Por esta misma razón nos esforzamos en que aquello que comemos sea lo más sano posible. Sin embargo solemos prestarle mucha menor atención a  aquello que bebemos y al impacto que puede tener esto sobre la salud.  

No obstante, tal y como dice Juan Revenga:

Aquello que tragamos es tanto, o más importante, que aquello que además masticamos

La importancia de beber agua, más allá de los 2 litros diarios

Durante décadas, se nos ha machacado con el hecho de que debemos beber cerca de 8 vasos de agua al día. Tanto nos lo han repetido, que somos muchos los que no salimos de casa sin nuestra botella de agua. Y (¡ojo!) no cualquier agua vale, sino que, además, se recomienda que este sea agua mineral.

Sea como fuere no es fácil encontrar una evidencia sólida que justifique esta recomendación de los dos litros al día, ni tampoco se ha demostrado que el agua mineral nos mantenga mejor hidratados que la del grifo.

¿Qué dice la evidencia al respecto?

Teniendo en cuenta que nuestro cuerpo está formado por agua en un porcentaje muy elevado (en torno al 60%), el estar bien hidratados es sumamente importante para que se puedan desarrollar nuestras funciones vitales con normalidad y mantener así un buen estado de salud.

Pero la realidad es que podemos tener un equilibrio hídrico saludable sin la necesidad de beber ocho vasos o dos litros de agua al día. Ya que, a día de hoy, no existe una cantidad de agua exacta que debamos beber y que, además, tenga un respaldo científico detrás. Sino que su ingesta dependerá de ciertos factores, así como del peso que tengamos, de la edad, del clima donde vivamos, de la actividad física que realicemos, etc.

Este trabajo titulado “Drink at least eight glasses of water a day. Really? Is there scientífic evidence for 8 x 8?” concluyó que no existe documentación científica seria que apoye esta recomendación general o para todo el mundo (en referencia al presunto beneficio de los ocho vasos de agua diarios). De hecho, esta sugerencia puede resultar excesiva para un adulto medio, sano, en un clima templado y con una vida sedentaria.

Por otro lado, en 2011, la revista British Medical Journal publicó un artículo titulado “Waterlogged”, donde apuntaba la posibilidad de que tanta presión en el consumo de agua, no hacía sino responder a concretos intereses comerciales de quienes, claro está, viven de la comercialización de agua embotellada.

Guíate por el mecanismo de la sed

Es decir, bebe solo si tienes sed. Ya que si eres una persona sana, este es el mejor indicador para que bebas. Así de simple lo dice el texto Importancia del agua en la hidratación de la población española: documento FESNAD 2010. Salvo los bebés, los deportistas y una buena parte de personas enfermas y ancianas, en los que podría ser necesario “programar” una ingesta de líquidos más allá de su sensación de sed.

Eso sí, la mejor opción para hidratarte, es y será siempre el agua. Venga de donde venga (siempre y cuando sea potable, claro está). Pero, es posible que puedas encontrar otras opciones que sirvan para mejorar tu balance hídrico cuando estás sediento. Como pueden ser los refrescos, las bebidas alcohólicas como la cerveza, e incluso las bebidas energéticas. Si decides hidratarte con este tipo de bebidas, ten en cuenta, que muchas de ellas llevan implícito un peaje negativo que jamás hallarás en el agua. Como son las calorías vacías que aportan o sus grandes cantidades de azúcar. Y eso suponiendo que una bebida alcohólica pueda realmente hidratar (por tener un amplio porcentaje de agua en su composición) ya que muy probablemente el efecto diurético del alcohol que aporta sea contraproducente para mantener esa hidratación.

Así bebemos los españoles

En este sentido, cabe destacar que en las últimas décadas, nuestros hábitos acerca de lo que bebemos han cambiado, y además, este hecho podría estar relacionado con algunos de los problemas alimentarios más evidentes en nuestro tiempo.

Por ejemplo, en el estudio “Shifts in Patterns and Consumption of Berages Between 1965 and 2002”, se refleja que en los últimos años, el patrón de consumo de bebidas ha cambiado de una forma sustancial. Ha aumentado el consumo de refrescos sí, pero también el consumo de todo tipo de bebidas que aporten calorías, incluidas las alcohólicas.

De hecho, según los datos obtenidos de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España del 2017, la cerveza y el vino son, por orden, las bebidas que más consumimos los españoles. Tanto los fines de semana como los días laborables.

No hay un consumo saludable de bebidas alcohólicas

En esta misma encuesta, se puede observar como un 10% de la población Española consume bebidas alcohólicas a diario. La mayoría son hombres (un 15%) frente al 4,5% de mujeres.

Tenemos que tener claro que no hay un consumo saludable de bebidas alcohólicas. El alcohol no es bueno, ni siquiera en pequeñas cantidades. No hay niveles de seguridad, según la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Americana de Oncología. Porque el consumo de bebidas alcohólicas está detrás de más de 60 enfermedades, incluidos no poco cánceres.

En consecuencia, debemos saber que ni una copa de vino al día es buena para la salud, ni la cerveza es buena para el corazón ni otras zarandajas por el estilo que en realidad solo son campañas de márketing en la que se utiliza de forma retorcida la ciencia, apelando a la salud, para justificar su consumo.

¿Qué bebidas saludables puedes pedir en un bar?

Si uno quiere ir a tomar algo, y no optar ni por un refresco azucarado ni por beber alcohol, desgraciadamente, las opciones que disponemos se reducen considerablemente. Una alternativa que a priori podría parecer “saludable” sería pedir un zumo de fruta casero. Pero como ya sabréis un zumo, no es una opción recomendable, por la cantidad de azúcar que implica, ya que es el mismo (azúcar libre) que la OMS recomienda no superar la ingesta de 25g/día.

Entonces, ¿qué nos queda? A parte de optar por un café, una infusión, una botellita de agua o simplemente un agua mineral (o del grifo), el único refresco saludable que podríamos pedir en un bar, es el agua con gas. Os puede parecer que esto no es un refresco, sino simplemente agua, pero el BOE del 19 de mayo de 2011 dijo que “a efectos de la presente disposición se entenderá por bebidas refrescantes las bebidas analcohólicas, carbonatadas o no, preparadas con agua de consumo humano, aguas preparados, agua mineral natural o de manantial (en lo sucesivo agua), que contengan una o más de los siguientes ingredientes: anhídrido carbónico, azúcares, zumos, purés disgregados de frutas y/o vegetales, extractos vegetales, vitaminas y minerales, aromas, aditivos autorizados u otros ingredientes alimenticios”.

En resumen, bebe agua si sientes sed, sin tener en cuenta los litros, los vasos o los pitorros de un botijo. Ya que a día de hoy no existe evidencia alguna que justifique esta recomendación. Si el agua de tu casa es potable, y tiene buen sabor (claro está), puedes optar perfectamente por beber agua del grifo, en vez de comprarte agua mineral. Y evita  el consumo de alcohol, porque no existe una cantidad saludable.

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